martes, 16 de abril de 2013

Principios del Interaccionismo Social

El interaccionismo simbólico es un enfoque de estudio de la vida de los grupos y del comportamiento de los hombres. Este enfoque se basa sobre tres premisas:


  1.  “El ser humano orienta sus actos hacia las cosas en función de lo que estas significan”. Aunque esta información la pueden asentir muchos especialistas en sus investigaciones no se ve reflejado. Los sociólogos basan sus explicaciones en factores como la posición social, papeles sociales, etc., sin prestar atención a los significados de las cosas o se considera a dicho significado como mero vínculo neutral entre los actores responsables del comportamiento y los factores que los motivan. No hay intención de buscar el significado de las cosas hacia las que se encamina la acción humana. El interaccionismo postula lo contrario y plantea: que el significado que las cosas encierran para el ser humano son un elemento central.
  2. “El significado de las cosas se deriva de, o surge como consecuencia de la interacción social que cada uno mantiene con el prójimo”. El significado es fruto de la interacción entre individuos. El significado que una cosa encierra para un sujeto es el resultado de las distintas formas en que otras personas actúan hacia ese sujeto en relación con esa cosa. Es por eso que el significado es un  producto social.
  3.   “Los significados se manipulan y modifican mediante un proceso interpretativo desarrollado por la persona al enfrentarse con las cosas que va hallando a su paso.” La utilización del significado se produce a través de un procedimiento de interpretación. Este proceso posee dos etapas:
                                                               i.      El actor se indica a sí mismo cuáles son las cosas hacia las que se encaminan sus actos (es decir señalarse a sí mismo las cosas que poseen significado). Es una instancia de la persona enfrascada en un  proceso de comunicación consigo misma.

                                                             ii.      Como resultado de este proceso la interpretación se convierte en una manipulación de significados a tenor de la situación en que se halla inmersa la persona y de la dirección de su acto.


Entonces la interpretación no es una mera explicación automática de significados establecidos, sino que debe entenderse como un proceso formativo en el que los significados son utilizados y revisados como instrumentos para la orientación y formación del acto. Es decir, que los significados desempeñan su papel en el acto a través de un  proceso de autointeracción.




El concepto de self es de suma importancia para los interaccionistas simbólicos. Para entenderlo es necesario tener en cuenta las aportaciones de varios autores:

  • MEAD: entiende el self como la capacidad de verse a sí mismo como un objeto social. El self surge del proceso social: la comunicación entre los humanos.
    Es la capacidad de las personas de ponerse en el lugar de otros con el fin de actuar como esos otros actúan y verse a sí mismo como lo ven otros.
    El self incluye dos fases: el “yo”, los aspectos imprevisibles y creativos; y el “mí”, el conjunto organizado de actitudes de los demás asumidos por el actor. Toda personalidad es una combinación de “yo” y de “mí”.
  •  COOLEY: lo define como la capacidad de vernos a nosotros mismos como vemos cualquier otro objeto social. Desarrollamos un sentimiento de nuestro self como consecuencia de imaginarnos cómo aparecemos ante los demás y qué opinan ellos de nosotros.
  •  BLUMER: un ser humano puede ser un objeto de su propia acción, actúa hacia sí mismo y guía sus acciones hacia otros sobre la base del tipo de objeto que es para sí mismo.
  • ROSENBERG: el self es la totalidad de los pensamientos y sentimientos que el individuo tiene de sí mismo como objeto. Implica una serie de motivaciones, de metas deseadas por los actores, entre las que destacan dos: la autoestima (deseo de pensar bien de uno mismo), y la autoconsistencia (deseo de proteger el self frente al cambio o al mantenimiento de la imagen de uno mismo).
  •  GOFFMAN: se centró en la dramaturgia, como si la vida social fuera una serie de actuaciones que se asemejan a las representadas en el escenario. Considera al self como el producto de la interacción dramática entre el actor y la audiencia. Así que el self es vulnerable a su destrucción durante la representación. Se interesa por los procesos para evitar estas destrucciones y presentar un self fuerte a la audiencia, lo llamó “el arte de manejar las impresiones”.

Dentro de esta analogía teatral habla de la “fachada”, como la parte del escenario que funciona de un modo general y prefijado, a fin de definir la situación para los que observan la actuación.

Los actores suelen tener interés en ocultar cosas en sus actuaciones para presentar una imagen idealizada de sí mismos. El actor emplea mecanismos para infundir respeto en la audiencia, pero ésta está implicada en este proceso para que la representación sea buena.

Así, Goffman se interesa por los equipos, que serían un conjunto de individuos que cooperan en la representación de una rutina.

Grupos y sociedad: los interaccionistas entienden que las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los grupos y las sociedades. Critican la tendencia a centrarse en las macroestructuras.

Según Mead, la sociedad es el proceso social que precede tanto a la mente como al self. Representa el conjunto organizado de respuestas que adopta el individuo en la forma de “mí”.

Entiende el control social como la dominación de la expresión del “mí” sobre la del “yo”. Define las instituciones sociales como la “respuesta común de la comunidad”. A través de la educación, se internalizan los hábitos comunes de la comunidad, es este un proceso esencial para llegar a tener self.

Blumer entiende que la sociedad es un conjunto de personas que actúan, y la vida de la sociedad son las acciones que éstas realizan.

Lo principal es el estudio de la acción conjunta, que no sería simplemente la suma de todos los actos individuales, sino que la crean los actores y sus acciones, al ir acomodándose y haciéndose indicaciones unos a otros.

Reconoce que la mayor parte de las acciones conjuntas adoptan formas pautadas y que se rigen por sistemas de significados preestablecidos, como la cultura y el orden social; sin embargo, esto no determina la acción humana.

En estos links encontrarás más información al respecto:

http://tophqbooks.com/books/218770

http://www.reis.cis.es/REIS/PDF/REIS_001_08.pdf

http://www.uv.es/lisis/xavier/aporatc.pdf  


No hay comentarios:

Publicar un comentario