Partiendo de las revisiones que realizan Ibáñez (2003) y Musitu (1996), así como de los trabajos de autores de esta orientación como Blumer (1937), Rose (1962) o Stryker (1964, 1980), resumiremos los supuestos básicos del interaccionismo simbólico:
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• Aprender qué es un símbolo, es solamente uno de los procesos que ocurren en la mente humana; otro proceso es aprender a evaluar diferencialmente los símbolos. Los juicios de valor son definiciones aprendidas de atracción o rechazo hacia algo, o bien, creencias sobre el valor e importancia de diferentes fenómenos. Estos procesos mentales, como el contenido de los símbolos, se aprenden de aquellos individuos con quienes interactuamos. La capacidad que los seres humanos tienen de aprender símbolos nuevos y de evaluarlos es casi infinita.

El cuestionamiento de la metodología de investigación dominante en psicología social ha sido característica de esta orientación teórica, pues se argumenta que fundamentar la producción de conocimiento en el experimento de laboratorio y en el estudio de los procesos intrapsíquicos podría resultar muy útil para el propósito de cierta investigación básica, pero no lo es tanto para atender a gran parte de los problemas sociales (Stryker, 1997). Como afirma GilLacruz (2007) los presupuestos teóricos del interaccionismo simbólico requerían un enfoque metodológico que fuera coherente con su concepción de ser humano. Si la realidad social se construye a través de los significados surgidos de la experiencia de las personas y de la interacción entre ellas, para comprender esa realidad será necesario utilizar una metodología que contemple las propias declaraciones de los actores en la realización de sus actos. La metodología cualitativa de investigación social se presenta como el enfoque metodológico más adecuado para esos propósitos.
El interaccionismo simbólico busca significados en la interacción de los individuos y los grupos, en los símbolos utilizados y en cómo los cambios de símbolos cambian el comportamiento de las personas. Sus métodos de investigación preferentes son cualitativos, extrayendo el significado de símbolos, contenidos y
palabras: análisis de contenido, categorizando respuestas; observación participante en los mismos escenarios en que acontecen las interacciones de la vida social; entrevistas, grupos de discusión o análisis documentales, son algunos de los métodos de investigación utilizados. El estudio empírico se dirige a analizar los datos a partir de las propias palabras de los sujetos. Esta forma de abordar la investigación implica un modo de desarrollar conceptos basado en las verbalizaciones de los sujetos, sin partir de catálogos de respuestas a priori e intentando comprender a las personas dentro de su marco de referencia, de ahí que se recojan sus respuestas literales. En la investigación social cualitativa la perspectiva de las personas implicadas tiene un valor fundamental, pues es lo que permitirá una comprensión profunda de aquello investigado (Gil-Lacruz, 2007).
A partir de los años sesenta del siglo XX, fructifican diversos desarrollos surgidos desde las bases teóricas propuestas por Herbert Blumer y George Herbert Mead. Pueden diferenciarse tres ramificaciones en la orientación del interaccionismo simbólico: el acercamiento estructural, el interaccional y el microinteraccionista. Estas tres ramificaciones se caracterizan por la importancia diferencial que otorgan a los diferentes elementos implicados en la interacción simbólica. Cada una de ellas está lo suficientemente bien formulada como para merecer que sean consideradas en sus propias peculiaridades (Álvaro y Garrido, 2007; Klein y White, 1996).
El interaccionismo simbólico busca significados en la interacción de los individuos y los grupos, en los símbolos utilizados y en cómo los cambios de símbolos cambian el comportamiento de las personas. Sus métodos de investigación preferentes son cualitativos, extrayendo el significado de símbolos, contenidos y
palabras: análisis de contenido, categorizando respuestas; observación participante en los mismos escenarios en que acontecen las interacciones de la vida social; entrevistas, grupos de discusión o análisis documentales, son algunos de los métodos de investigación utilizados. El estudio empírico se dirige a analizar los datos a partir de las propias palabras de los sujetos. Esta forma de abordar la investigación implica un modo de desarrollar conceptos basado en las verbalizaciones de los sujetos, sin partir de catálogos de respuestas a priori e intentando comprender a las personas dentro de su marco de referencia, de ahí que se recojan sus respuestas literales. En la investigación social cualitativa la perspectiva de las personas implicadas tiene un valor fundamental, pues es lo que permitirá una comprensión profunda de aquello investigado (Gil-Lacruz, 2007).
A partir de los años sesenta del siglo XX, fructifican diversos desarrollos surgidos desde las bases teóricas propuestas por Herbert Blumer y George Herbert Mead. Pueden diferenciarse tres ramificaciones en la orientación del interaccionismo simbólico: el acercamiento estructural, el interaccional y el microinteraccionista. Estas tres ramificaciones se caracterizan por la importancia diferencial que otorgan a los diferentes elementos implicados en la interacción simbólica. Cada una de ellas está lo suficientemente bien formulada como para merecer que sean consideradas en sus propias peculiaridades (Álvaro y Garrido, 2007; Klein y White, 1996).
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